M. MEIZOSO: TEXTO / V. MEJUTO: FOTOS
Sin perder de vista los compromisos en materia de sostenibilidad, el sector se incorpora a la apertura de nuevos mercados, el diseño y la innovación.
Con el objetivo de impulsar el apoyo a las empresas gallegas a la hora de analizar nuevos mercados, productos y canales de comercialización, nace el reciente proyecto de colaboración que ha acordado el Clúster de la Madera y el Diseño de Galicia y la Consellería de Economía, Empresa e Innovación. Impulsar el diseño industrial en toda la cadena de valor de la madera es el reto al que se enfrenta un sector que protagonizó una de las mesas informativas celebradas en el Museo de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, en el marco de Inmogalia.
Las cuatro empresas representadas en el encuentro aplaudieron la iniciativa. «Es un proyecto que nace de una necesidad muy clara. Quizás más en la segunda transformación, donde hay una variedad de empresas, unas que se destinan a contract, otras a mueble de hogar o las que nos dedicamos a la cocina». Aunque la exigencia también reside en la edición de producto, porque «con esa herramienta una empresa puede decidir el producto que sacar al mercado». Así se pronunció Jesús Rodríguez, consejero delegado de MBG Projects y colaborador
de Senssia. Su empresa opera desde Barro (Pontevedra) para todo el mercado nacional.
En la misma línea se manifestó Juan Carlos Domínguez, responsable de Proyectos Singulares de Cándido Hermida —firma especializada en la gestión global de proyectos llave en mano—, al apuntar que «todo esfuerzo que se haga para pulsar el sector de la madera en Galicia es absolutamente fundamental y bienvenido».
El Grupo Ramón García es otro de los punteros en un segmento clave para la economía gallega. La compañía, dedicada a la fabricación, diseño y ejecución de proyectos contract, retail, hotelero y residencial, colabora con empresas líderes en su sector como Inditex, BBVA o Paradores. Con más de 540 empleos directos, la firma está presente en más de 70 países. Su responsable de Diseño, David García, insistió en que «la madera es un gran valor en Galicia, por lo que todo lo que favorezca su uso es bienvenido y saludable». Por su parte, Pedro Álvarez, diseñador industrial en A Cuadrado, subrayó que con el plan llegan «oportunidades y a la vez retos. El trabajar en valores como la comunicación o edición son importantes, pero luego nos encontramos con desafíos nuevos que no son tradicionales, como la economía circular.
Y ahí no solo tenemos que pensar en el origen de la materia prima, también en qué va ocurrir con la madera después de la vida útil del producto para cerrar el círculo». Ubicado en el municipio pontevedrés de Salceda de Caselas, A Cuadrado es un estudio de diseño, arquitectura y asesoría de gestión de I+D+i empresarial. La firma desarrolla sus trabajos en Galicia y en otras regiones como Castilla León, Madrid y Castilla La Mancha.
Edición del producto
Generar un catálogo con referencias, gamas de productos y otros datos como certificaciones o precios es imprescindible para las empresas del sector. Los participantes en el encuentro coincidieron —con matices— en subrayar la importancia de la edición de sus trabajos. Según Rodríguez, «es muy necesario», pero «nada fácil de hacer». Todo lo contrario, puede llegar a ser un proceso «largo y costoso». A su juicio, cada firma debe tener en el punto de mira la visión de la empresa, a qué mercado quiere llegar y cómo se estructura su trabajo. «Hay que partir de esa visión para, a través de la colaboración de todos los departamentos, sacar un producto que llegue al nicho de mercado».
El catálogo es «lo que hay a la puerta de la empresa», describió Álvarez. «Dentro sabemos lo que hacemos, fuera está el mundo y así es como le cuento al mundo lo que hago», explicó. Una herramienta importante para el vendedor, «un diccionario que nos ayude a traducir necesidades y oportunidades». El diseñador de A Cuadrado aludió a la transformación del catálogo tradicional, que deja de ser «algo que estaba en una carpeta con anillas» para adaptarse a los nuevos formatos. «El cliente ya no ve un producto en un sitio precioso, en una foto bonita. Lo ve en el lugar y espacio en el suelo quiere colocar». Un salto tecnológico que va de la mano de la exclusividad de cada una de las piezas y diseños que salen de los talleres gallegos. «Nosotros nacimos de una pequeña carpintería que hacía, de forma específica, lo que el cliente pedía y ahora estamos viviendo la nueva era de que todo tiene que ser especial y diferente.
Pero sí es cierto que hay que partir de lo que entendemos como producto. En nuestro caso, se define como un servicio y está dedicado exclusivamente a un cliente, quiera 100, 500 o una única pieza», describió Domínguez. En el caso del Grupo Ramón García, su responsable de diseño matizó que «no todas las ideas son susceptibles de estar en un catálogo». En el caso de su empresa, «el producto es muy variable». «Creo que hay piezas que, por la forma en la que se trabajan y por cómo nacieron, no tiene sentido que estén presentes en un catálogo. Son exclusivas y se hacen para alguien muy concreto. Pero muchas otras que sí, porque seguro que metiéndolas en un catálogo ganan vida. Nosotros hemos creado productos para hoteles o para viviendas que son excepcionales, y estoy seguro de que podrían tener otra vida; se podrían seriar sin problema».
Desafíos
La visión de futuro de las empresas quedó clarificada encada una de las intervenciones. «Acoplarnos e intentar estar en los nuevos mercados que pueden llegar». Ese es el reto que se marca el grupo Cándido Hermida, según avanzó Juan Carlos Domínguez. Para el Grupo Ramón García, la clave estará en «dar valor al producto donde no lo tiene en este momento. Queremos expandirnos al mercado internacional, con lo que ya se conoce de nosotros, pero también en el uso de la madera de un modo más sostenible». El directivo de MBG Projects dijo aspirar a «consolidar un proyecto de canales de distribución que le otorgue valor al cliente final» y, para A Cuadrado, el desafío pasa inequívocamente por «no perder el tren de los nuevos retos digitales y de la sociedad, que todo el sector se suba a eso que está corriendo y que va tan rápido. El mueble debe acompañar a las nuevas tecnologías y servirse de ellas». En definitiva, subirse al tren digital para su plena transformación.
Múltiples usos: un material versátil
Sin poder ocultar su admiración por la madera, la materia prima que transforman en cada uno de sus proyectos, los representantes de Cándido Hermida, A Cuadrado, MBG Projects y el Grupo Ramón García presumieron de las enormes cualidades de un producto «del que estoy absolutamente enamorado». Así se expresó García, al tiempo que explicó que «seguimos conociendo nuevos tratamientos que nos ayudan a poder utilizarla en ámbitos en los que inicialmente no pensamos». La madera ha demostrado su gran versatilidad «desde tiempos de san José». De ese modo, Jesús Rodríguez expuso sus argumentos sobre una idea: «Desde el punto de vista del mueble, prácticamente no hay nada que no sea de madera o un componente». Y mencionó el aglomerado, el laminado o el contrachapado.
Sobre los nuevos usos, destacó que «se ha anunciado un proyecto para fabricar fibra textil con madera. Tiene muchas utilidades y otras más que veremos a través de proyectos que van ser rompedores». Marcos de bicicleta, carcasas de móviles, prendas de ropa, monturas de gafas… Los usos de la madera se multiplican. Para el diseñador Pedro Álvarez, «históricamente es el material más versátil que ha habido». Por eso, vaticinó que «los nuevos usos estarán ligados a la actividad del hombre». En ese mismo sentido, Domínguez recordó que «la madera se ha utilizado para casi todo lo que conocemos, desde el naval, a las casas o los muebles. Hay pocos sectores donde no sea protagonista». Los cuatro coincidieron en el I+D+i como medio para seguir ampliando los usos y capacidades de la madera en el futuro.